Tuesday, October 11, 2005

Rosa de Lima


Taba pensando, por esas cosas de la vida, en una frase que había leído hace mucho en un libro de Cortazar y que releí ayer:
"Es cierto que el uniforme de los bomberos es el menos hijo de puta de todos los uniformes, y que el día que con ayuda de millones de Quilapayún y de Cedrones mandemos a la basura todos los uniformes sudamericanos, solo se salvarán los de los bomberos..." (Un tal Lucas / Julio Cortázar)
Y pensaba también en algunas opciones de vida (como las de los bomberos), esas opciones que son a la vez compromiso y placer. Y terminé pensando en Ximena, una amiga.
La Tía Ximena (le pongo tía y le dan ganas de matarme) tiene todas las herramientas para forrarse en guita, tiene estudios, un bonito apellido, y muchísima capacidad. Pero sus intereses pasan por otro lado.
La conocí cuando mi viejo estaba enfermo, Xime lo ayudó mucho, siempre se preocupó de darle paz, y lo acompañó hasta su último día. Después siguió acompañándonos a nosotros. Se transformó en una de esas amigas a las que parece unirnos toda una vida juntos. Desde ese tiempo hasta ahora nos vemos super poco (ahora andamos con una cerveza pendiente), es que ella vive para ayudar, y su presencia siempre está con alguien que en ese momento la necesita más.
Pa' más cagarla ella, que trabaja dentro del sistema, es una rebelde de tomo y lomo. Es de esas rebeldes que en vez de pintarse el pelo de verde y romper todo buscan los recovecos del sistema para generar cambio. Y lo está logrando, al menos a mi me mostró una realidad distinta sobre esa presencia rara a la que ella llama Dios.
Sus opciones le parecen raras a los borregos de la media social, andar por la vida dando mas de lo que recibe es un pésimo negocio (dicen los economistas de la moral) pero para los que andamos dando vueltas, volando bajo y buscando pájaros de nuestra misma bandada, nos parece un negocio notable.
Decía el amigo Sabina eso de "Ximena no traiciona por treinta lucas" y es así. Estamos juntándonos los que ya nos cansamos de traicionar-nos y en este club la vamos a nombrar MIEMBRO ILUSTRE.
Queda claro que esta es una de esas formas medio cobardonas que tengo de decirle a mi amiga que gracias, que la quiero y que cuente conmigo siempre que me necesite.
Ahí nos vemos después, chela de por medio, y nos reímos de mi cursilería.

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